Cuaderno de retazos

29 enero, 2011

Costelaciones familiares y padres adoptivos

Filed under: Adopción — Etiquetas: — cuadernoderetazos @ 9:48

Hablamos de los padres biológicos de nuestros hijos , de nuestros hijos… y menos de nosotros mismos: padres adoptivos. Me gusta leer sobre nosotros, buscando ver como piensan, sienten, viven otros padres, conocer otras experiencias que es de donde, personalmente, más aprendo.

Bert Hellinger es el iniciador de una herramienta terapéutica llamada “constelaciones familiares” (o “configuraciones sistémicas”) con la cual se ayuda a las personas a reconciliarse con su pasado de cara a que puedan aprovechar las oportunidades del presente.

En De todos los colores también se habla de esta visión sistémica y se dice:

Para Hellinger, hay dos causas principales del comportamiento neurótico: la exclusión de familiares biológicos en el corazón y la interrupción temprana del movimiento de vinculación con la madre… Los esfuerzos cuidadores de las familias adoptantes corre riesgo de acabar en fracaso si “olvidan” incluir en la memoria del niño el recuerdo afectuoso hacia quienes le dieron la vida.

Investigando sobre esta terapia   he descubierto que  ofrece una visión del triangulo que existe en la adopción: Padres biológicos, niño y padres adoptantes.

En esta entrada resumo el artículo de Peter Bourquin. He seleccionado la parte que trata de los padres adoptivos. No se que os parecerá esta visión. Espero que mi resumen no desvirtúe el sentido del artículo. Si queréis leerlo entero podéis pinchar aquí.

Las ilustraciones son de Céline Veilhan, que volverá a este blog más adelante.

…/…

Lo primero que tienen que asumir los padres adoptivos es que no son los padres biológicos. No podrán reconocer en su hijo adoptado ni a su pareja ni a sí mismo. En los ojos y el cuerpo de su hijo adoptado se reflejan sus padres biológicos. Un hijo adoptado no es lo mismo que un hijo propio. No es menos por eso, pero es diferente. Lo siguiente es que su decisión de adoptar un niño es irreversible, no existe un tiempo de prueba. Se unen, por las buenas y por las malas. Y hay que tener en cuenta que los hijos adoptados son sobrevivientes y a menudo niños difíciles.

El que una adopción tenga “éxito”, tiene mucho que ver con la actitud de los padres adoptivos. ¿Quieren tener un hijo, o están por el hijo? Y sobre todo: ¿cómo se relacionan con los padres biológicos? El niño siempre tiene un vínculo y una lealtad con sus padres biológicos, inconsciente, pero potente. Si los padres adoptivos ignoran a los padres biológicos del niño, los callan, o piensan “pobre niño, lo que han hecho tus padres contigo, ahora nosotros lo vamos a hacer mejor”, o “pobres padres, que dura ha sido la vida con vosotros”, desvalorizándoles de esta manera, juzgándoles y poniéndose por encima de ellos como los mejores padres, el conflicto con el niño adoptado está servido. Puede manifestarse inmediatamente o en el futuro, pero vendrá. Se puede observar que la capacidad de los padres adoptivos de incluir a los padres biológicos está relacionada con la forma en que ellos mismos toman o no a sus propios padres.

Si los padres adoptivos se entienden como “administradores” de los padres biológicos que cuidan al niño adoptado en su nombre, agradeciéndoles la oportunidad de poder criar a un niño, entonces se alían con ellos, lo que facilita bastante la tarea. Esto no impide que asuman el papel de ser padres y que se sientan como si lo fueran. Se puede decir que un niño adoptado tiene dos madres y dos padres. A la vez es importante distinguirlos de forma clara, y también a la hora de nombrarlos. Es decir que, cuando el niño diga “Mamá”, sepa a quién se está refiriendo. Hay que tener cuidado que las imágenes interiores del niño no se mezclen.

También es importante que los padres adoptivos tengan en cuenta el país de origen, y que tengan un buen sentimiento hacia él. No sólo adoptan a un niño, a la vez adoptan a un representante de su país y de su pueblo. Si aprecian este país con su gente, su cultura, su religión y su historia, entonces podrán tomar y amar a su hijo adoptivo de forma más completa.

Para el niño adoptado la gran tarea es asentir a todo tal como es. Puede costarle años o décadas hasta que lo logre del todo. Y puede que no llegue a conseguirlo. Si los padres adoptivos asienten a los padres biológicos del niño, a su país y a su cultura, a sí mismos como padres adoptivos, y al destino de su hijo adoptado, entonces le facilitan la tarea a su hijo. Le preparan el camino.

Adoptar a un niño es un impacto fuerte en una pareja, y más todavía si ya tienen hijos biológicos. Es importante que ambos miembros de la pareja quieran la adopción. Si uno solamente asiente para hacer un favor al otro, lo más probable es que siembre la semilla de la separación posterior de su pareja. En este caso a menudo el niño adoptado se pone entre la pareja, alejándoles con el tiempo.

A un hijo propio le crea mucha inseguridad el tener un hermano adoptivo. Conscientemente o no, le surgen preguntas como: ¿Cuál es mi lugar? ¿Todavía tengo lugar? ¿Cuál es el lugar de mi nuevo hermano? ¿Quién es el mayor? ¿Es seguro mi propio lugar o podría perder también yo a mis padres? En mi propia familia tengo un caso, donde la única hija biológica de un familiar mío se fue a vivir a Nueva Zelanda una vez concluida su formación, mientras el hijo adoptado se quedó en casa. No creo que sea una casualidad. Es un desafío para los padres integrar y armonizar el nuevo sistema familiar.

En mis talleres de Constelaciones Familiares sobre el tema “Adopción” he podido percibir diferentes facetas sistémicas de donde ha surgido la motivación inconsciente de una persona o pareja de adoptar un niño. Aquí algunos ejemplos:

  • Hubo sucesos como abortos o una muerte durante el parto en la familia de origen. Esto hace que la mujer quiera evitar el embarazo porque ha “heredado” una angustia mortal en relación con el embarazo, la cual se opone a su deseo de ser madre, y elige la adopción como salida.

  • Un acto de lealtad con un ancestro que se quedó sin hijos, que hace que la pareja renuncie a la ventaja de un hijo propio.

  • Un intento de un familiar posterior de recuperar un miembro de la familia que se “perdió” en las últimas generaciones, por ejemplo un hijo que nació fuera de un matrimonio, o un hijo dado.

  • Un intento de recompensar una injusticia sufrida. Se muestra a veces cuando hay huérfanos en la línea de ancestros, por ejemplo cuando una abuela fue abandonada o adoptada.

A estos motivos inconscientes se añade a veces la dificultad de asentir a las propias limitaciones biológicas que impiden tener un hijo propio. También influye que en la sociedad española la edad estadística de la mujer a la hora de dar luz por primera vez es de treinta y cinco años, con la consecuencia de que para las parejas a las que se les ha pasado el arroz la adopción aparece como una salida socialmente aceptada.

La idea de salvar a un niño de la miseria igualmente tiene un papel, aunque esta idea de que el bienestar económico sea más importante para un niño que su familia y sus raíces, es más bien una expresión de nuestro sistema de valores occidental que de una comprensión profunda.

Según mis observaciones dudo que alguien libremente tome el camino de la adopción. Forma parte de su historia sistémica y personal. Ahora bien, se puede cuidar de la forma más consciente posible dónde poner el pie y adónde dirigir los pasos para facilitar el camino. Es un camino complejo y difícil, pero como cualquier camino trae sus propios frutos.
El mundo de la adopción es realmente complejo…. Es sorprendente ver como cada caso es algo distinto..

© Peter Bourquin, noviembre 2006


1 comentario »

  1. La verdad,que la última frase de este experto la considero muy cierta: cada caso es distinto.

    De cualquier manera, hay que saber conciliar, explicar y manejar esta realidadm como se menciona en el texto: este triángulo, padres biologicos, hijo, padres adoptivos.
    Una amiga que tiene un hijo adoptado me dijo una vez, que ella le decía a su hijo: tu madre biologica te concebió en su vientre y yo te concebí en mi corazón.
    La cuestión es, creo yo, sentir y tener la certeza, el convencimiento, una misma, que esta concepción tiene igual valor que la concepción física…para poder tranasmitir al niño esta cew
    rteza-
    Un abrazo.

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    Comentario por Fernanda Rojas Paez — 29 enero, 2011 @ 11:11


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