A veces, llegan a mis manos libros de los que me cuesta desprenderme y durante unos días con codicia los retengo junto a mi.
Esta semana no soy capaz de depositar en su sitio este libro: “El libro de los símbolos: reflexiones sobre las imágenes arquetípicas”.
Dicen de él: establece nuevos estándares para la exploración a conciencia de los símbolos y sus significados e interesará a un amplio espectro de lectores: artistas, diseñadores, soñadores e intérpretes de sueños, psicoterapeutas, autoayudantes, jugadores, lectores de cómics, buscadores religiosos y espirituales, escritores, estudiantes y a cualquiera intrigado por el poder de las imágenes arquetípicas.
…y ahora me apetece abrirlo al azar, elegir un texto, copiarlo, sacarle una foto y guardarlo en este cuaderno para compartirlo.
”Sellamos los labios para proteger uno de los espacios más personales del cuerpo; los separamos para tomar aliento o pronunciar palabras tiernas al oído del amado, y por último entregamos el sí-mismo íntimo en la amorosa convergencia de nuestros labios y los suyos. Incluso cuando no es romántico, el beso implica afecto, aprobación, reconocimiento y reconciliación. Así, el salmista entona : <La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron>(Sálmos,85:10)”