Cuaderno de retazos

10 junio, 2015

La cuna-cama

Filed under: Adopción — cuadernoderetazos @ 11:51

Hace nueve años  estábamos pensativos,  mirando atentamente  la cama-cuna (marca Ikea) de Flor de Canela y sin saber qué hacer. En las instrucciones venían las diversas maneras de montar la cuna según la edad del niño.

Hace nueve años llegamos de China con nuestra hija de tres años. El tiempo que permanecimos en China dormir y dónde dormir fue sencillo. Ella en la cuna, que los hoteles habían colocado para nosotros,   y nosotros en la cama.

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En nuestra casa no fue tan sencillo. La primera noche, la noche de por fin en casa con nuestra hija… Flor de Canela durmió en su habitación y en su preciosa cuna montada modo niña de tres años y se cayó varias veces. Y se siguió cayendo las siguientes noches dándose buenos trompazos y sustos,  por lo que se estaba empezando a romper el ritmo de su sueño. Visto lo visto, en el modo camita no podía dormir, así que desmontamos la cuna y probamos la  forma cuna de bebé que empieza a andar. Ver a Flor de Canela tan chiquitina, tan frágil y tan  temeraria como trepaba a la cuna y como se bajaba nos hizo desmontarla de nuevo y elegir otra forma que nos pareció más segura.

Mientras montábamos y desmontábamos la cuna, Flor de Canela iba descubriendo su nuevo mundo… un mundo muy distinto al suyo y donde no sabía  cuanto tiempo iba a estar, ni para que estaba… tampoco entendía que queríamos de ella nosotros, no entendía  nuestra forma de comer, ni nuestro obsesión por bañarla a diario… ni casi nada de lo que le rodeaba.

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Mientras montábamos y desmontábamos la cuna-cama, Flor de Canela decidió que ella en su habitación no dormía. Y eligió la alfombra que estaba a la entrada de nuestro dormitorio. En la cuna no había manera, en la alfombra imposible…

Así que de nuevo desmontamos la cuna y la pusimos en nuestra habitación. Y  empezó a dormir junto a nosotros.

«¡No, no y no¡ Con tres años debe de dormir en su habitación». Los que nos aconsejaban ser firmes con este tema,   desconocían cómo dormía nuestra hija en el orfanato compartiendo habitación y compartiendo cama o cuna con otros muchos niños; desconocían el profundo desconcierto de nuestra hija ante su nuevo mundo; desconocían lo que es ser un niño de tres años que ha perdido toda referencia y al que ni tan siquiera su lengua le vale, que ha perdido incluso  su propio nombre . Y empezamos a aprender a bajar las persinas, a dejar de mirar hacia fuera… hacia otros niños y empezar a mirar  a nuestra hija.

Llegaron las pesadillas y los terrores nocturnos, las primeras fiebres de 39,9º, los primeros y dolorosos desencuentros…

Una noche Flor de Canela saltó de la cuna a nuestra cama. Empezó a dormir con nosotros. La cuna ahí seguía ocupando espacio en nuestro dormitorio totalmente inútil. Un día   aceptamos que nuestra hija dormiría con nosotros. De nuevo desmontamos la cuna  y  la volvimos a montar tipo cama en su habitación…

Pasaron años hasta que Flor de Canela tomó la decisión de dormir ella sola. Para entonces su cuna-cama ya no servía. Así que  para celebrar su decisión y su hacerse mayor compramos  una cama nueva de niña grande y  desmontamos, por última vez, la cuna-cama de Ikea que fue a parar al desván,  y de ahí a la casa de los amigos de unos amigos que tenían a un recién nacido.

Hace nueve años era una madre recién estrenada con un montón de ideas muy claras de cómo educar y actuar con nuestra hija.

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Hoy miércoles,  me recuerdo a mi misma mirando una cuna… sin saber que hacer con la dichosa cama-cuna, sin saber que hacer con mi hija de tres años… Y siento compasión y  amor por aquella inexperta y asustada  madre que luchaba  por lograr entender a su desconcertante y hostil hija, por lograr  que su hija la aceptara al menos un poquito, por defenderla de un mundo que descubrió de repente hostil… Siento amor por aquella madre que miraba hacia  sus ideas sobre educar, sobre hijos, sobre madres… y veía que no servían porque su hija necesitaba otras cosas… y no sabía que eran esas otras cosas.

Un besito a todas las madres que se sienten o se han sentido así alguna vez.

(Las fotos no son actuales, son hace un par de veranos. Este año todavía no hemos ido al mar)

26 comentarios »

  1. Siempre me conmueves. Siempre.
    Un abrazo.

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    Comentarios por Veronica — 10 junio, 2015 @ 11:55

  2. Maravillosa entrada. Gallina de piel, que decía Cruyff. ¿ME la dejas reproducir en mi blog?

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    Comentarios por madredemarte — 10 junio, 2015 @ 14:01

  3. […] Yo no monté ninguna cuna (lo hizo mi hermana cuando, de un día para otro, tuve que irme a Etiopía), pero me he sentido tan identificada con esta maravillosa entrada que publica hoy la autora de Cuaderno de Retazos… […]

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    Pingback por La cuna-cama | una madre de Marte — 10 junio, 2015 @ 14:48

  4. Un escrito precioso, que plasma a la perfección como me sentía al principio y como me siento aún en muchos momentos. Cuantas «camas cuna» nos ha tocado montar y desmontar en estos cuatro años.
    Me siento un poco menos sola cuando leo pequeñas historias en las que me identifico tanto como la tuya.
    Gracias…

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    Comentarios por Mar — 10 junio, 2015 @ 19:49

    • ¡Que razón tienes cuantas cunas de todo tipo hemos desmontado, montado y arrinconado durante estos años¡

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      Comentarios por cuadernoderetazos — 11 junio, 2015 @ 11:11

  5. Gracias, gracias. Precioso Realmente emotivo.

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    Comentarios por Yolanda — 10 junio, 2015 @ 20:50

  6. Me siento tan reflejada! una entrada entrañable y llena de redescubrimiento y recuerdos. Gracias!

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    Comentarios por Vero — 10 junio, 2015 @ 21:58

    • Siempre hemos llevado en silencio eso de dormir juntos, como otras cosas… No es un secreto es algo privado, le he dicho a mi hija muchas veces, porque en ocasiones parece que se siente obligada a responder a preguntas que no merecen respuestas.

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      Comentarios por cuadernoderetazos — 11 junio, 2015 @ 11:14

  7. Precioso. Me siento tan identificada!

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    Comentarios por ester — 11 junio, 2015 @ 10:16

  8. Yo también me siento muy identificada. Mi hija tenía trastornos del sueño hasta que empezó a dormir con nosotros. Instantáneamente dejó de tener pesadillas, terrores nocturnos, no se despertaba, etc. Hace poco su profe nos recomendó que debía retomar la costumbre de dormir en su cama ella sola. Lo intentamos un día pero fue tal desastre que de nuevo duerme con nosotros. Aunque parezca paradójico, no anhelo el día que ella decida dormir sola en su habitación. Será un buen síntoma, pero será un síntoma de que algo está cambiando/evolucionando.

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    Comentarios por Bei — 11 junio, 2015 @ 10:38

    • Así lo veo yo también. Un día decidirá dormir sola, y lo logrará. Al día sigueinte prefirirá volver con vosotros. Y ese primer intento es genial, porque abre el camino hacia la autonomía que supone dormir sola y que llegará.
      ¡Ni te cuento lo que echo de menos dormir con ella abrazada¡

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      Comentarios por cuadernoderetazos — 11 junio, 2015 @ 11:08

  9. Siempre me reconforta leerte. Gracias por expresar de manera tan precisa los caminos que a muchas nos toca recorrer con nuestros hijos. Me siento mucho menos sola.

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    Comentarios por Aurora — 11 junio, 2015 @ 20:28

  10. Emocionante entrada y llena de sensibilidad , se agradecen en este camino de esos hij@s venidos ,nuestro hijo desde hace siete meses en casa..con casi siete años nos despierta algunas noches para que le hagamos un huequesito,a veces huyendo de sus terrores,otras por gusto,..necesita el contacto,le acompañamos a su cama,apretamos su mano y se duerme.

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    Comentarios por Ali — 12 junio, 2015 @ 10:42

    • El contacto que todo niño biológico recibe de forma natural, sencilla y que nuestros hijos no tuvieron. Siete años son muchos años sin lo que tu hijo merece. Un abrazo muy grande para tu hijo y otro para ti.

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      Comentarios por cuadernoderetazos — 12 junio, 2015 @ 11:31

  11. En nuestra cama también somos tres, y también nosotros hemos aprendido a saber lo que necesita nuestro hijo por encima de los consejos de terceros.
    Ahora dormimos apretados, pero felices!
    Gracias por tu articulo

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    Comentarios por Yo tb — 15 junio, 2015 @ 23:15

  12. Me ha emocionado leer tu relato, nosotros tuvimos la misma experiencia hace 10 años, pero no supimos resolverlo bien, hacíamos demasiado caso de los consejos que nos daban…hoy me arrepiento muchísimo. Mi hija, de 11 años, sigue teniendo problemas para dormir, no quiere dormir sola y tiene miedo. un psicólogo nos ha aconsejado que vuelva a dormir con nosotros, pero con 11 años nos parece ya fuera de lugar, así que abrimos la cama junto a la suya y cuando nos llama por la noche porque tiene miedo nos vamos a dormir con ella. Tengo mala conciencia y si volviera atrás seguiría lo que me pide el corazón y no los consejos de otros…

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    Comentarios por esperanza — 16 junio, 2015 @ 11:10

    • Es una buena idea.Así vuestra hija sabe que estáis ahí, que cuando os necesite acudís. Los consejos y opiniones de otros, aunque tengan la mejor intención, confunden y por eso he preferido aislarme un poco.

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      Comentarios por cuadernoderetazos — 16 junio, 2015 @ 12:30

  13. Ni Hao.
    Estaba leyendo tu entrada, y al leer lo de todos los niños juntos durmiendo ha sido como volver al orfanato en China en el que fui voluntaria este mes de julio.

    Los mayores en sus cunas junto a la pared, los peques en medio en sus cunas y si, todas juntas.

    Un abrazo…

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    Comentarios por NaiNai — 29 julio, 2015 @ 19:27

    • Hola, he estado leyendo tu blog (he estado apartada de Internet durante un tiempo) y me encanta. ¡¡¡¡ practicas en un orfanato¡¡¡ ¿puedo dar difusión a tu blog en el facebook? Me parece interesantísimo. Gracias y un abrazo

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      Comentarios por cuadernoderetazos — 31 agosto, 2015 @ 11:38


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