6 marzo, 2015
20 octubre, 2014
Una opinión
Han venido las del Domunt a clase y nos han hablado de los paises… ya sabes … de los paises pobres… y hay mujeres que no pueden cuidar a sus hijos, entonces para no tenerlos mueren en su tripa… no he podido preguntarles una cosa: ¿qué es mejor morir en la tripa de tu madre o que te abandonen?
¿tu que crees?
Yo creo que es mejor morir en la tripa de tu madre, que te abandonen es muy duro, se sufre demasiado…
(Una luchadora y vital Niña de once años)
19 septiembre, 2014
Fantasear…
No solo un hijo adoptado se pregunta por qué me tocó esta familia y fantasea con la idea de cómo sería su vida si hubiera sido asignado a otra familia.
Esta madre adoptiva también tiene una larga lista de preguntas sin respuestas y sus fantasías. En ocasiones, cuándo las cosas están revueltas se pregunta si a su hija le hubiera ido mejor siendo adoptada por una familia con una personalidad más acorde con la suya, o con una familia con más hermanos, o una madre más… Esta madre imagina la vida de su hija si hubiera sido adoptada por una familia china o americana… ¿le hubiera ido mejor? ¿Sería más feliz?.
También fantasea con la idea de que se le hubiera asignado otro niño… por ejemplo le hubieran asignado a un bebé o a un niño en vez de una niña o a un niño más tranquilo, menos complicado…
¿Quizás a la naturaleza se le cuestiona menos?. No se si hay alguna madre que fantasee con la idea de si hubiera engendrado un hijo diferente al que tiene… quizás sí…
Sea como sea el pensamiento es libre, y le gusta enredarse en los Y SI…
Este tipo de preguntas y fantasías son inquietantes y pueden hacerte sentir mal. Cómo si te arrepintieras de algo, como si no aceptaras a tu hija, no la quisieras lo suficiente, como una forma de rechazo… y no es cierto… solo que a veces nos preguntamos cosas y fantaseamos con las respuestas… permitirse fantasear ayuda a observar la mente, las emociones…
Hay momentos en que me veo en una fotografía con mi familia, en casa y me pregunto ¿esa soy yo? porque me cuesta reconocerme… y miro la foto y me miro y remiro a mi misma… les miro a ellos, me veo mayor, el tiempo que pasa, veo nuestro hogar…
…me busco en esa escena fotografiada… y fantaseo… con tantas cosas…
La fotógrafa Dita Pepe, no se siente mal consigo misma por dejar a su imaginación libre. Y refleja lo que esta madre siente a veces… Es un buen juego el que plantea Dita.
Dita ha creado una serie fotográfica donde se retrata a sí misma en diversas situaciones, se hace pasar por la esposa o pareja de hombres diferentes. Cada fotografía se hace en un entorno típico de la vida real de cada hombre, y, a menudo con los hijos de ese hombre (a veces incluyendo a su propia hija, mezclándolo todo).
Utiliza el autorretrato para explorar la idea de cómo la identidad personal puede cambiar drásticamente según la relación que tenemos con las otras personas que están en nuestras vidas, y las circunstancias que las rodean. El objetivo principal es intentar capturar el lazo de la gente fotografiada con su realidad, su entorno. Este proyecto no se ha terminado todavía.
Dita Pepe nació el año 1973, en Ostrava, República Checa . Y en la actualidad tiene dos hijas y vive con ellas y su pareja en las montañas Beskydy .
7 septiembre, 2012
Mi padre y yo
La fotógrafa O Zhang ha realizado esta serie fotográfica a la que ha titulado «Papa y yo» (2005-2006).
O Zhang es una artista y fotógrafa china (nacida el 23 de noviembre de 1976 en Guangzhou, que vive y trabaja en Nueva York) cuyo trabajo examina el tema de la identidad y la transformación en la China contemporánea.
Hija de un traductor de inglés que fue trasladado en la Revolución Cultural China al campo en la remota provincia de Hunan, vivió una infancia en la que tuvo que adaptarse a situaciones donde se sentía una extraña, conviviendo con idiomas y grupo étnicos minoritarios. Recuerda su niñez como “muy pacífica y colorida,” y cree que allí es donde ella fundamentó sus preferencias estéticas
Se graduó en Bellas Artes en la Academia Central de Arte de Pekín (donde aprendió fotografíapor su cuenta) y obtuvo un máster en Bellas Artes en Central St. Martins School of Art en Londres y en Fotografía en el Royal College of Art de Londres. En 2004 se trasladó a Nueva York, desde donde viaja a China cada año.
Su autobiografía, An Empire Where the Moon Light Never Fades, fue un best-seller en China en 2009.
Desde que en 1991 China flexibilizó su ley de adopción, las familias estadounidenses han adoptado más de 55 mil bebés chinos, de los cuales casi todas son niñas.Su serie Daddy & I retrata a algunas de estas familias, explorando cómo afectan los distintos aspectos étnicos y culturales especialmente a padres e hijas y cómo miramos a las nuevas familias en una sociedad con tantos prejuicios. La fotógrafa potencia en sus retratos el poder femenino que emana de la futura mujer y la relación con el padre maduro. Pero aparte de estas cuestiones formales, O Zhang crea una alegoría acerca del potencial de China como nación, su poder de adaptación a las nuevas circunstancias aprendiendo de Occidente, mientras es adoptada por un padre y espera la edad madura para independizarse.
Texto copiado integramente de : Cada día un fotógrafo
10 marzo, 2012
Mirar de frente
Mientras nos peinábamos para ir a la estación a buscar a su padre, mi hija me pregunta:
– Mamá, ¿cómo soy cuando me enfado?
– Como un volcán en erupción- Tardé varios segundos en responder, sabía que dijera lo que dijera no le iba a gustar.
Los ojos se le llenaron de lágrimas y percibí como la rabia y la ira emergían…
Así empezó una conversación que me pilló desprevenida, sin palabras, sin formación adecuada… mi hija, Flor de Canela, quería entender el por qué de algunas de las emociones que le dominan, que no quiere sentir, que son incontrolables porque tiene la fuerza de un huracán, que le hacen sentirse muy mal, que le traen problemas… quiere entender por qué se siente diferente a los demás niños… por qué le cuesta tanto algunas cosas que a los demás no les supone nada… quiere saber cómo superarlo, qué puede hacer…
Mi maravillosa hija con nueve años recién cumplidos tuvo la valentía de abrir su mochila, asomarse y mirar de frente… a los ojos y sin pestañear a su historia.
Pero no quiero hablar de mi hija, quiero reflexionar sobre mi… ¿Qué es hablar de la adopción con nuestros hijos? Hasta ahora para mi ha sido hablar del hilo rojo que nos une para siempre, de una sombra sin rostro que es la madre biológica… ha sido hablar de abandono… del país en donde nació…
Ahora, también es hablar de qué es y cómo se vive en un orfanato, de lo que supone una deficiente alimentación, la falta de estimulación, de no tener a nadie que te enseñe a contenerte, a fijar tu atención… es hablar de falta de cuidados, de atención, de deficiencias…
Es hablar de empezar de cero… de nuestra sociedad con sus prejuicios… de ser diferente…
No puedo olvidar que hablar de adopción es, hablar del ser profundo , de fuerza, de coraje, de capacidad de aprender y de superar… de que lo que fue fue… que las aguas de un rio nunca vuelven hacia atrás… y que el hablar es pareja del actuar.
También es callar, dejar que hable el silencio, es aprendera a VER a nuestro hijo… aceptar que su dolor te duela… es hablar de nuestra familia… de mi y mis limitaciones.
¡Cuánto por aprender ¡… ¡cuánto trabajo personal¡… ¡cuántas conversaciones nos esperan¡