Cuaderno de retazos

19 noviembre, 2018

Escapada

Filed under: Sin categoría — cuadernoderetazos @ 16:05

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Es un día entresemana. Cualquier día. Un día de esos que describimos como normal, con sus rutinas de trabajo, de casa y actividades escolares… un día como otro cualquier.

Cada uno a sus cosas y a sus ocupaciones. ¡Luego nos vemos¡.. ¡Adiós¡… ¡hasta luego¡… ‘¡Acuérdate de…¡ ¡Siii…¡

El chaval o la chavala acaba su última clase o extraescolar  del día… hora de volver a casa.

Sin embargo, el chaval o la chavala de 14 o 15 o 16 años… necesita estar solo… en su cabeza hay una maraña de pensamientos. Los pensamientos encienden emociones intensas, contrapuestas, quizás no sentidas antes… Puede que sea cólera, miedo… Emociones que devoran todo pensamiento…

… o quizás se crea un enorme vació… el chaval no siente nada, su cabeza se vacía de emociones y de pensamientos… no se siente a si mismo…

… puede ser que su autoestima se derrumbe… no soy nada… una sensación de fracaso absoluto…  sin salida…

… Tal vez  necesiten   castigar a su madre o a su padre o hermanos  por no ceder, por no entender…

¡qué se yo¡ …  Se dice: “Son diversos los motivos que llevan a un adolescente a tomar la siempre sorpresiva decisión de escapar”

El chaval o la chavala… necesita estar solo…

Necesita pensar a solas… sin la presencia, ni las miradas de la familia… que pesan y no le dejan en paz a uno, que interfieren, confunden, asfixian… Necesitan conseguir  esa separación de los padres a nivel psíquico.

Si…mejor a solas.

Alguno  decide coger el primer autobús que pase… da igual al lugar a donde lleve..

Otro chaval o chavala empiezan a andar… paso ligero, sin parar, sin mirar hacia donde… solo andar y andar… al rato la ciudad se queda atrás. El asfaltado deja paso a la tierra y a las piedras.. no puede, ni quiere dejar de andar.

Hay otro chaval o chavala que busca ese descampado que ve cada día cuando vuelve a casa, ese polígono industrial con naves y edificios abandonados… encuentra  un buen cobijo silencioso, sombrío… bien lejos de todo.

Hay quien  buscará  refugio en un centro comercial. Se esconderá hasta que no quede nadie. Luego… recorrerá a solas los pasillos oscuros…

Al otro extremo del hilo un padre o una madre miran el reloj. Al rato Vuelven a mirarlo… hasta que ya no pueden dejar de mirar la hora. El móvil del chaval está fuera de cobertura, apagado. No lo coge.

Imaginan motivos para el retraso… el autobús que se escapa, las risas bromas, charlas con los amigos… las tiendas… Visualizan una y otra vez el camino que el  adolescente debe de hacer para llegar a casa… recuerdan que ha ido en bici… ¿y si…?… llaman a algún amigo, al colegio… a donde realizan las extrescolares… está cerrado…  ya no queda nadie…

 Oscurece el cielo, las farolas se encienden y el chaval o la chavala no aparece… el padre se asoma a la ventana esperando verlo aparecer… las calles del barrio se van silenciando, se quedan vacías… la hora de cenar queda a tras…el padre o la madre, el hermano salen en busca del chaval o chavala

Recorren el camino que tenía que hacer… no ven otra cosa de calles vacías, la noche instalada en los parques, todo cerrado… algún que otro bar… nada… nadie…

¿Hacia donde voy ? ¿Dónde busco? ¿qué hago? Y si… accidente, violación, secuestro, paliza, drogas… ¿Qué te ha pasado hijo mio?

El chaval o la chavala se bajan del autobús. Ha llegado al final del trayecto. No saben ni donde está… Es otra ciudad… Solo quiere pensar… estar solo, estar sola…lejos de casa.

El descampado, el viejo edificio industrial se llena de oscuridad y ruidos desconocidos… y de soledad.

Las luces de la ciudad están lejos, muy lejos y no se ve el camino de vuelta… la noche lo cubre…

En el centro comercial se oyen los pasos del guarda jurado… el chaval se esconde

El padre, la madre buscan el apoyo de vecinos, de familiares para buscar al chaval que no llega a casa. Alguno, quizás llame al número de urgencias pidiendo ayuda a la policía.

Recorren la ciudad en coche… andando.

¿Qué puedo hacer? ¿Qué hago? ¿Donde estás hijo mio?

El móvil del hijo o de la hija sigue mudo.

Ellos, esos chavales y chavalas… son chicos normales, con sus cosas, como todos… silenciosos, gruñones, protestones… nada especial… Solo que de pronto… quieren alejarse… estar solos… rumiar sus pensamientos…  explorar su ilusión de omnipotencia en algunos casos… esconderse de su miedo…  ¡Vete a saber¡

Algunos de ellos se han alejado tanto que no saben encontrar el camino de vuelta… Y… el móvil suena, el whatsapp  suena… estoy bien. No os preocupéis por mí. Volveré luego, más tarde, Lo siento…. Otros móviles siguen en silencio y así se quedan…

¿Dónde estás? No te muevas, voy a por ti…

Cada historia tiene su final.

5 comentarios »

  1. Me ha encantado. Me he sentido retratada, en mi yo de hace décadas ya… Y ahora como madre siento esa escapada desde otro sitio… Y pienso en mis padres… Y también en las muchas cosas que se perdonan, sanan, olvidan sin pedir ni dar explicaciones.

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    Comentarios por Su — 21 noviembre, 2018 @ 16:29

  2. Extraño leer tus experiencias con tu hija. Deseo que todo esté bien. Saludos desde México

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    Comentarios por Elvia Moreno Posadas — 8 abril, 2019 @ 1:19

    • Gracias mucho por tu comentarío. Parece que ya no se leen blogs y me cuesta escribir. Cada día cada semana es una aventura, y seguimos caminando.

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      Comentarios por cuadernoderetazos — 8 abril, 2019 @ 16:33

  3. Yo continúo entrando de vez en cuando para ver si escribes alguna cosa. Tu forma serena de ver la vida y detectar la belleza me transmite paz y me ayuda a recorrer el camino con mi hija, también adoptada. Entiendo pero que se hace difícil mantener un blog durante tanto tiempo en un entorno que no acompaña

    Gracias por todo

    Maria

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    Comentarios por Maria — 6 noviembre, 2019 @ 9:33


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