Cuaderno de retazos

14 diciembre, 2010

Crónica sentimental de una madre adoptiva

Filed under: Adopción — Etiquetas: — cuadernoderetazos @ 17:42

No se hablar del proceso de mi vinculación con Flor de Canela sin caer en sentimentalismos… sin resultar ser un poco exhibicionista… o cosas similares.
Quizás esta sea otra entrada de esas que escribo y que publico como privada, o que publico y la retiro al día siguiente… del pudor que siento… De momento escribo … luego… ya veremos.
En este apasionante viaje, que es la vinculacion con mi hija, he pasado por distintas fases. Algunas etapas han sido breves… predecibles… sencillas… Otros trayectos han sido oscuros… desconcertantes… confusos… complejos… no se les veía el final… Y se que todavía quedan escalones que subir y que bajar. El periodo que describo duró tres años.
Lo que hemos vivido ha despertado emociones, que no sabia ni que existían en mi, lo que me ha permitido ir más allá, llegar hasta el otro lado, al reverso de mi misma.
A los quince días de llegar, mi hija dijo su primera frase completa en un perfecto español. Fue inesperado y sorprendente. Cuando íbamos a dormir, se abrazó a su padre, lo besó, se rebujo en su regazo y le dijo: Papa, te quiero mucho mucho con todo mi corazón.
Tardé meses en encontrar mi sitio entre padre e hija. La inclinación, la pasión hacia su padre y su indiferencia hacia mi, me hicieron pasar por toda una colorida gama de emociones… envidia… celos… perplejidad… furia… fustración…soledad. Afortunadamente J.R. supo guardar y respetar mi espacio. Quizás, por eso, cuando hoy en día Flor de Canela suelta su incondicional : Yo con mamá… mamá tiene toda la razón… es cómo dice mama… pues… me siento infantilmente triunfadora y feliz.
Durante un tiempo vivimos ella en su isla y yo en la mía. Busqué pasos…puentes, … para atravesar un mar de desconfianza, de temor, de desconocimiento que nos separaba. Cuando, al final, me di cuenta y acepté que no existían puentes que nos unieran, descubrí que las dos habíamos dio construyendo, a nuestro modo y manera, pasarelas que nos permitieron acercarnos. En ocasiones un mal momento me hacía perder la paciencia … todo lo construido se derruia. Pero nuestros hijos siempre nos dan nuevas oportunidades y pronto volvíamos a nuestro trabajo de constructoras. Finalmente unimos nuestros mundos y creamos uno común. Nuestro. Muy nuestro
No tenía sentido contar lo que estaba viviendo a mis queridas amigas. ¿Cómo iban a entender que tenía que ganar el amor de mi hija ? ¿cómo explicar lo que ni yo misma entendía? Sus consejos, sus opiniones… no hacían sino confundirme más. Pero hicieron algo bueno por mi, me ayudaron a encerrarme con mi hija… a no perder tiempo sintiéndome una incomprendida… a dejar que la intuición fuera mi guía y me indicara los caminos a seguir.
Y, cuando pensé que estaba superando el rechazo de mi hija, que todo iba bien, me invadió la emoción más perturbadora y negra de todas : la ambivalencia hacia mi hija. Empecé a dudar de mis sentimientos hacia ella. Por ella estaba dispuesta a todo… y, al mismo tiempo, algo me empujaba a irme, a escaparme de ella… cualquier tontería acababa con mi paciencia y reaccionaba con agresividad y dureza. ¿Qué estaba pasando? Adoraba a mi niña..y, al mismo tiempo…
Esta dualidad era dificil de soportar. Guardaba silencio. ¿A quién le iba a decir lo que solo pensar me hacía sentir un monstruo? ¿Como decir que, en algunos momentos, no soportaba a mi adorada hija? Un día recordé que durante el proceso de obtener el Certificado de Idoneidad se hacia hincapié en cómo afrontábamos las situaciones estresantes y sobre todo cual era nuestra capacidad de superar la ambivalencia emocional. Este tema salía una y otra vez. Y ahora entendía el por qué. Investigué un poco sabre el tema, encontré artículos sobre la depresión post-adopción… descubrí y acepté que los sentimientos contradictorios es algo natural en determinadas situaciones. Y traté de seguir los consejos que se daban como asumir lo que se siente, relativizarlo y dirigir la mirada hacia todo lo logrado, en celebrar cada pequeño éxito. Y sin saber muy bien cómo me empecé a sentirme más segura. Y esa negrura desapareció.
Ahora siento y se que mi vinculación con mi hija es estable y que cada día se hace más sólida y será cada vez más profunda. ¡Más nos vale¡ porque sin duda llegaran nuevas fases o etapas llenas de pruebas.
Aunque, en ocasiones, no puedo evitar mirar a mi hija, después de un día difícil y preguntarme si esta hija mía, estará realmente unida a mí. Si será cierto… si, habré conseguido que me adopte como madre.

2 comentarios »

  1. …creo no debes darle tantas vueltas, ni reflexiones, … los sentimientos vienen y van, no son constantes,… entre vosotras habrá siempre un fuerte vínculo que será emocionalmente diferente según el estado vital de cada una, aunque seais hija y madre…
    (está escribiendo una sin experiencia…, pero bueno esto creo)

    No le dés importancia a estados pasajeros, la relación crecerá fuerte,… y si se destruye (cosa muy extraña), tendría que ser así…, lo asumireis…, pero yo no pensaría en ello, el día a día, cada instante es suficiente para resolver…
    un abrazo, de alguien que se verá (espero) en mundos semejantes o paralelos…
    Beso
    Felisa

    Me gusta

    Comentarios por Felisa Beatriz — 15 diciembre, 2010 @ 3:32

  2. Yo también siento esos miedos y me pregunto muchas veces si estaremos realmente vinculadas, si ella me ha adoptado como madre.
    El hilo es tan fino….que a pesar de ser el más fuerte del mundo siempre tiene ese aspecto quebradizo que te hace sentir insegura, aunque sea sólo un instante.
    Mi hija se ha vinculado a mi mucho antes que a su padre, quizá por la cantidad de tiempo que pasamos juntas, peor por lo demás coincido contigo en muchas cosas. También en no haber perdido el tiempo sitiendome una imcomprendida entre personas que no te pueden comprender nunca.
    Otra entrada magnífica.
    Besos

    Me gusta

    Comentarios por Xiao — 15 diciembre, 2010 @ 16:20


RSS feed for comments on this post. TrackBack URI

Deja un comentario