Vicent van Gogh dijo que el amarillo «es un color capaz de cautivar a Dios» . Los mayas llamaban al Dios que sostenía el cielo con la palabra kan (amarillo). En la tradición china se relaciona el amarillo con las cosas más elevadas: el amarillo es el color del emperador, es el color del suelo fértil y se usaba en las colgaduras del lecho nupcial.
En Occidente el amarillo lo relacionamos con el oro, el aura de los santos… Se asocia con la parte intelectual de la mente y la expresión de nuestros pensamientos, con la creatividad.
La cultura islámica veía el amarillo desde dos perspectivas: el amarillo dorado representaba consejos buenos y sabios; el amarillo pálido simboliza la traición y engaño.
Es verdad, que junto a estos significados hay toda una serie de amarillos poco favorecedores.
Los datos que expongo los he tomado de «El libro de los símbolos: reflexiones sobre las imágenes arquetípicas» editado por Tachen.
De La ilustradora japonesa Yojo Tanji (ya he hablado aquí) traigo una pequeña selección de su obra donde el amarillo protagoniza de una u otra manera su ilustración.