Nuestro panel de inspiración

Estamos  preparando nuestro panel de inspiración. Un tablón de corcho que tenemos colgado en el pasillo y donde vamos colocando cosas que nos gustan (postales, dibujos, pequeños objetos como pompones, guirnaldas, nudos chinos… cualquier cosa bonita, que nos guste y nos inspire, por supuesto colocamos dibujos de Flor de Canela.)

Este es una de las ilustraciones que he elegido.

– ¡Mama, parece que me odies!.

Así me dijo Flor de Canela llorando una tarde, mientras hacíamos los deberes. Con el tiempo he ido aprendiendo que cuando le ayudo con las tareas escolares debo   cuidar mucho mi actitud, vigilar mis expresiones y por supuesto mis gestos… cualquier gruñido, gesto de impaciencia, cualquier ¡vamos ya, no te distraigas! ¡Nuve, con b, por Dios, con b!… es interpretado por mi hija como un desamor abrumador, además de vivirlo como un buen trompazo a su seguridad y autoestima… Y claro, a veces, no es un gesto de impaciencia, a veces se me escapa un buen bufido que acaba por bloquearla del todo.

Sin duda, el mejor consejo que he recibido en mi proceso de post-adopción ha sido: La vinculación de tu hija a ti está siendo compleja, no seas la maestra de tu hija, solo se su madre. Poder seguir este consejo me ha costado años.

Esto fue uno de los varios  motivos que nos llevaron a buscar a un profesor de apoyo que viniera a casa y le ayudara a trabajar: dejar de ser su profesora particular. (Esto no quiere decir que no siga haciendo los deberes con ella y ayudándole, pero ahora me encargo de una parte y no de todo)

Otro de los motivos es el idioma. No tengo nivel de euskara suficiente para poder ayudarla, así de sencillo. Por estas tierras muchos padres compran o fotocopian las versiones en  castellano de los libros de texto de matemáticas, por ejemplo, para tenerlos en casa y poder ayudar a sus hijos con los deberes  y se pasan el día en el traductor de Google para ayudar con los trabajos que tienen que hacer para clase.

¡Cuántas trabas estamos poniendo a Flor de Canela en su proceso de aprendizaje!. La mayoría vienen del desconocimiento de su realidad, tanto por parte del sistema escolar como por nuestra parte. Cuando vino Flor de Canela nadie hablaba   de las consecuencias que supone el abandono y una larga institucionalización en el desarrollo cerebral y procesos de aprendizaje, entre otras cosas. El no saber, el no tener quien nos orientara  nos llevó por caminos que hubimos de desandar, en otros ha sido imposible volver atrás.

Hago una lista de lo que ahora no haría, si pudiera volver  atrás.

– Escolarizarla a los dos meses de venir de China, mañana y tarde en primero de infantil que no es obligatorio y donde, además,  se habla en una lengua que no es nuestra lengua materna ( Viene hablando en chino – aprende español nuestra lengua – El proceso de aprendizaje en el colegio en euskara)

– Estudiaría a fondo el escolarizarla en el curso que le corresponda por edad o en el que le corresponde  por desarrollo cognitivo, emocional (esto en diversas comunidades autónomas no lo permite la legislación que  es así de rígida).

– Escolarizarla sin apoyo de ningún tipo por parte del colegio.

– Compararla con los demás y exigirle en consecuencia, tanto el colegio como nosotros.

– Convertirme en su profesora particular.

– Escuchar a todos los que nos rodean y creerles,  lo que   aturde e impide   ver las luces de alarma  y escuchar a nuestra intuición.

– Creer a sus profesoras a pies juntillas y hacerles caso, tanto en lo bueno como en lo malo.

– No solicitar la intervención del equipo pedagógico del colegio desde el principio.

– Hablar más de la cuenta con otras madres y padres del grupo de Flor de Canela.

– Dar prioridad al tema escolar en nuestra vida de familia y todo lo relacionado con ello.

– Extraescolares que ocupan y roban horas de juego y descanso.

– Sistema trilingüe de enseñanza (no quedaba otro remedio)

Y ahora la lista de lo que siento que  hemos hecho bien o estamos haciendo bien.

– No dudar JAMAS de sus capacidades e inteligencia

– Formar equipo entre nosotros ante y frente a todos.

– Aceptar nuestros  errores y buscar soluciones para cada situación y para ello investigar, investigar, investigar.

– Hacer caso de nuestra hija, aprender a ver más allá de lo que está pasando, ser sus incondicionales aunque no tenga razón.

– Hacer caso a nuestra intuición.

– Probar cosas nuevas y si no funcionan o no sirven dejarlas ir lo antes posible.

– Buscar el apoyo de profesionales que entiendan de adopción.

– Hablar siempre con las tutoras aportando información y pidiendo su colaboración y apoyo teniendo en cuenta la personalidad del tutor. Y no olvidar que no contarlo  todo de todo no es mentir, es tan solo prudencia  y sentido común.

– Hablar con el colegio, con el equipo pedagógico, a través de mediadores, expertos  que hablen el mismo idioma que el colegio.

– Lo que más he tenido que trabajar es mi propia personalidad mucho más rígida, con expectativas fantasmas sobre Flor de Canela, más miedosa e impaciente de lo que yo pensaba.

Todo un proceso que no ha hecho más que empezar.